Se trata de una concepción latinoamericana desarrollada teóricamente por E. Néstor Suárez Ojeda (2001), a partir de observar que cada desastre o calamidad que sufre una comunidad, que produce dolor y pérdida de vidas y recursos, muchas veces genera un efecto movilizador de las capacidades solidarias que permiten reparar los daños y seguir adelante. Eso permitió establecer los pilares de la resiliencia comunitaria:
Autoestima colectiva, que involucra la satisfacción por la pertenencia a la propia comunidad.
Identidad cultural, constituida por el proceso interactivo que a lo largo del desarrollo implica la incorporación de costumbres, valores, giros idiomáticos, danzas, canciones, etcétera, proporcionando la sensación de pertenencia.
Humor social, consistente en la capacidad de encontrar la comedia en la propia tragedia para poder superarla.
Honestidad estatal, como contrapartida de la corrupción que desgasta los vínculos sociales.
Solidaridad, fruto de un lazo social sólido que resume los otros pilares.
De lo que trata entonces es de determinar por parte del agente externo con la comunidad la capacidad resilientes de esas personas y comunidad, cómo han enfrentado las situaciones difíciles, que no necesariamente han de ver con catástrofes, sino que muchas veces se dan en la vida cotidiana; indagar qué elementos se presentan en ellos, que han construido en sus procesos psicosociales con respecto a lo que se ha denominado los pilares de la resiliencia y la resiliencia comunitaria. Ellos nos da una buena comprensión de esa comunidad en relación con la manera cómo afronta los problema y los supera. A partir de allí, y desde la cotidianidad comunitaria y personal se establecerán estrategias o bien para generar resiliencia o bien para apoyarse en ella para sacer adelante los proyectos de la comunidad.
compañeros por favor necesito que hagan sus comentarios.
ResponderEliminarun abrazo
Hay otros autores que hablan sobre resiliencia comunitaria, como Ungar y Lindberg. Saludos.
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